Seguro que conocéis las moscovitas, esas deliciosas pastas de almendra y chocolate típicas de Oviedo que hacen en la confitería Rialto, cerca de la catedral. Las suyas son las verdaderas y son exquisitas: finas, crujientes y cubiertas de un rico chocolate por la cara lisa de la pastita.
La familia Gayoso, originaria de Luarca (¡mi pueblo!) lleva cuatro generaciones preparando estas delicias hechas a mano una a una, y que ya se exportan al extranjero. (Tengo que decir que no sólo sus moscovitas son deliciosas, su bollería también es mi favorita.)
La masa rinde mucho porque expanden al hornearse. Con una cucharadita es suficiente para cada moscovita. Como quedan finitas, debemos tener cuidado de que no se nos quemen en el horno: yo las he tenido solamente 9 minutos a 170 grados.
Yo he utilizado nata líquida sin lactosa, la de montar, que lleva más grasa, y con estas cantidades me han salido dos docenas de pastitas.
Para las moscovitas: