Hace tiempo que tenía ganas de hacer un pan challah (pronunciado jalá) y hace un par de días, al empezar a ver en tv una serie nueva en la que salían bendiciéndolos antes de comer, me propuse no esperar más. ¡Al día siguiente, me puse a ello!
El challah es el pan con forma de trenza que los judíos comen en el Sabbath, por lo que no lleva lácteos. Tiene esa forma de trenza porque, según el Talmud, cuando un nudo se hace con tres fibras, es imposible de destruir. Las semillas de amapola (o sésamo) que se le ponen antes de hornear simbolizan el maná comido en su éxodo por el desierto a la salida de Egipto. Es costumbre bendecir los panes de dos en dos, como se ve en el primer capítulo de la serie "La conjura contra América", que es la que estoy viendo estos días.
Nos ha gustado mucho, ¡muchísimo! Es parecido a un brioche, ni muy dulce ni salado, y pega de maravilla con jamón, queso, paté, tostado con mermelada, con nutella... ¡Y sin nada, que es como nos hemos comido la mayor parte! También podéis congelar porciones o rebanadas envueltas en film o en una bolsa. Una maravilla.
Os dejo el amasado con thermomix o con panificadora. Tened en cuenta que lleva como mínimo un par de levados pero que, si se os hace largo, podéis hacer uno de ellos en la nevera durante la noche, como hacemos con los roscones de reyes.
Yo he hecho una sola trenza grande. También podéis dividir la masa para hacer dos más pequeñas.
Para el challah: