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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Scones de arándanos

 



¿A qué sabe septiembre? ¡A vacaciones! Y a scones, porque antes de irme por ahí unos días a resetear cuerpo y mente, os dejo aquí la primera receta de este mes, una de las últimas del verano.

Soy una enamorada se estos pequeños panecillos desde que los probé en Escocia hace un par de años, con su relleno de clotted cream y mermelada. Aquí es más difícil conseguir tarros de clotted cream, pero para mí no es problema porque los prefiero con queso de untar, sobre todo si es el de la marca Arla sin lactosa.

Esta receta es un poco diferente de la masa de scones que hago habitualmente, porque no tenía suficiente mantequilla y tuve que compensarlo aumentando la cantidad de leche. Los arándanos los utilicé congelados y los añadí al final a mano, colocándolos entre la masa, para que no se rompieran y me la tiñeran de morado. También podéis utilizar arándanos secos, que son más fáciles de manejar.



Para los scones de arándanos:

300g de harina de fuerza (utilicé de espelta, pero sirve harina floja de trigo)

50g de mantequilla fría

45g de azúcar (reemplazable por la misma cantidad de xylitol)

150g de leche

10g de zumo de limón

Esencia de vainilla, opcional

15g de levadura química, tipo Royal (impulsor)

Un puñado de arándanos congelados

Tradicional: mezclamos la leche con el zumo de limón y la dejamos reposar unos minutos. Ponemos en un bol la harina, el azúcar o xylitol, la levadura y la vainilla, si la usáis. Añadimos la mantequilla fría cortada en cubitos y mezclamos frotando los ingredientes con los dedos, hasta tener una textura de migas arenosas. Añadimos la leche con limón y amasamos lo justo para unir la masa. 

Con Thermomix: mezclamos en un vaso la leche con el zumo de limón y la dejamos reposar unos minutos para hacer "buttermilk". Parecerá que se corta, pero es así como debe quedar. Ponemos en el vaso la harina, la levadura, el azúcar o xylitol y la vainilla. Añadimos la mantequilla fría cortada en cubitos y programamos 15 segundos a velocidad 5. Añadimos la leche con el limón y batimos 10 segundos a vel.5.


Reposamos la masa unos 20 minutos en la nevera, cubierta con film.



Sacamos la masa de la nevera, añadimos los arándanos congelados y la extendemos dejándola con unos 3cm de grosor. Con un cortapastas enharinado, vamos cortando los scones y poniéndolos en la bandeja del horno, sobre un papel de hornear. Es importante hacer cortes limpios, sin girar el cortapastas, para que después suban bien en el horno.

Juntamos los restos de la masa y formamos más scones. Para no manipularlos mucho, podemos hacer bolas con los restos y aplastarlas un poco. Es una masa que no conviene trabajar mucho, para que los scones no queden como piedras. Si no os convence lo de usar un cortapastas, echadle un vistazo a mi receta de scones "tarta de zanahoria" y hazlos triangulares, cortándolos con una rueda de pizza o un cuchillo bien afilado.

Precalentamos el horno a 190º. Pincelamos los scones con un poco de leche y ponemos un pellizquito de azúcar sobre cada uno. Los cocemos unos 15 minutos colocando la bandeja en la parte media del horno. Tienen que subir y dorar un poco, pero estar tiernos por dentro.



Cuando los saquemos, los dejamos enfriar sobre una rejilla. (Si no tenéis, utilizad una tabla de madera u otra superficie fría.) Yo no los dejo en la bandeja caliente para que no se sigan haciendo por abajo con el calor que desprende.



Os recuerdo que se pueden congelar, envueltos en film transparente o en una bolsa de congelación. Cuando los descongeléis, calentadlos un poco en el tostador y estarán deliciosos.









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