¡Primera receta del 2021! ¿Qué puede haber mejor que empezar el año con unos scones, bien untaditos con queso y mermelada?
Como ya sabéis, soy muy fan de estos bollitos desde que los probé en Edimburgo hace unos años. En este tiempo he probado muchas recetas y variantes, y las que no consigo que me queden bien son las que llevan huevo. Así que la que os traigo hoy tampoco lo lleva, aunque me conozco y sé que seguiré probando y enfadándome cuando tenga que tirar alguna masa fallida. (Cuando me pasa eso, siempre vuelvo a esta receta.)
Los scones de hoy son sencillos, con un toque de miel y canela, que me encanta. Os adjunto en ingredientes el peso de la cucharada de miel, porque es una medida que cambia mucho según la generosidad al llenarla. ;)
Con estas cantidades me han salido ocho scones. Si no tenéis un cortapastas o aro redondo, podéis hacer triángulos como en los scones de zanahoria.
Para los scones de miel y canela:
230g de harina de trigo
15g de levadura química, tipo Royal (impulsor)
50g de mantequilla fría
20g de azúcar
1 cucharada de miel (25g)
Canela molida al gusto ( yo puse media cucharadita en la masa, y un poco espolvoreada encima de los scones)
90g de leche fría
Tradicional: ponemos en un bol harina, levadura, azúcar y canela. Añadimos la mantequilla fría en cuadraditos y mezclamos todo con las manos, frotando la mantequilla con lo demás, hasta tener una textura arenosa. Agregamos la leche y la miel y amasamos lo justo para integrarlas.
Thermomix: ponemos en el vaso la harina, el azúcar, la levadura, la canela y la mantequilla fría troceada, y programamos 10 segundos a velocidad 5. Echamos la miel y la leche y repetimos: 10 segundos, vel.5.
Sacamos la masa a un plato, la tapamos con film y la metemos 20 minutos en la nevera.
Estiramos la masa dejando un grosor de 1,5 cm, más o menos. Cortamos los scones sin girar el cortapastas, procurando manipular poco la masa, y los vamos poniendo en la bandeja del horno, sobre un papel de hornear.
Pincelamos los scones con leche y espolvoreamos un poco de canela. Podemos poner un pellizquito de azúcar encima de cada uno.
Precalentamos el horno a 190º y horneamos unos 15 minutos.
Podéis congelarlos envueltos en film o en una bolsa. Cuando los descongelo, yo los caliento un poco en el tostador y están deliciosos.
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