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jueves, 26 de julio de 2018

Bagels semi-integrales en panificadora



¿Puede haber algo más neoyorkino que un bagel? Recuerdo perfectamente el día que los probé. Fue el ocho de octubre de 2008, y estábamos de luna de miel en Nueva York. ¡Casi diez años, ya! Esa semana me hice un máster en bagels por Manhattan (creo que los desayuné casi todos los días) y concluí que como más me gustaban era tostados, con crema de queso y mermelada.

Los bagels son unos panecillos en forma de rosca que se hierven ligeramente antes de hornear. Son de origen polaco y se dice que fueron llevados a norteamérica por los emigrantes judíos.

Curiosamente, cuando estuvimos hace unos años en California, no vimos mucho bagel por allí... En esa zona eran más de desayunar tortitas, smoothies o copos de avena. (En ese viaje me aficioné al porridge, ¡lo había incluso en el McDonald's!)

Pero volvamos a los bagels. Hace un par de semanas se nos apetecieron y, como por aquí no los venden, me puse manos a la obra para hacerlos yo, utilizando la panificadora. (¡Me encanta cómo quedan en ella las masas!) Las recetas que encontré no me convencieron, porque yo quería meterles algo de harina de espelta integral, así que, probando, pesando, añadiendo y quitando, los hice así:


Para los bagels semi-integrales: (salen 6 bagels grandes)

Prefermento: 
  100 g de harina de espelta integral
  60 g de agua tibia (ojo, si está muy caliente inactiva la levadura)
  3 g de levadura seca de panadería

Mezclamos harina, levadura y agua tibia en un bol. Hacemos una bola, tapamos el bol con film o un paño limpio y lo dejamos fermentar hora y media o dos en un sitio cálido.

Masa:
  80 g de leche sin lactosa (o la que uséis)
  60 g de agua
  1 cucharada sopera de aceite de oliva
  1 cucharada de miel o agave
  El prefermento
  250 g de harina de fuerza
  125 g de harina de espelta integral
  5 g de sal

Ponemos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes de la masa, en ese orden: los líquidos abajo, el prefermento desmenuzado y los secos arriba. Programa "Amasar " que dura 15 minutos. (En mi panificadora, del Lidl, es el número 7, "masa para pasta".) Hacemos una bola y la dejamos reposar hora y media en un bol enharinado, tapada con un paño.

Sobre la encimera enharinada desgasificamos la masa, la partimos al medio, y cada mitad en tres partes. Boleamos cada porción y le hacemos un agujero en el medio, grande, porque encogerá al levar.
Dejamos reposar las roscas de masa una hora. Si queréis, podéis taparlas con film transparente pero pinceladlo antes con aceite para que no se pegue.

Para el acabado:
  Agua, sal y bicarbonato para escaldar los bagels
  Una clara de huevo batida para pincelar
  Semillas de sésamo, girasol, ampola... (Opcional)

Ponemos a hervir una olla grande con agua y una cucharadita de sal. Cuando hierva, añadimos una cucharada de bicarbonato. Escaldamos los bagels un minuto, les damos vuelta y dejamos otro minuto. (Yo lo hago de dos en dos, porque en el agua caliente se hinchan otro poco)
Los escurrimos sobre papel de hornear y los vamos poniendo en la bandeja del horno, bien separados, sobre papel de hornear.
Mientras, precalentamos el horno a 220º.
Pincelamos los bagels con clara de huevo batida y espolvoreamos semillas de sésamo, girasol, amapola... Las que os gusten.
Horneamos 18-20 minutos. Deben quedar dorados por fuera y tiernos por dentro.


Cuando enfríen, los abrimos al medio, tostamos y rellenamos con lo que más nos guste. Se pueden tomar sin tostar, pero a mí me gustan más tostaditos.
Podemos congelarlos envueltos en film transparente o en una bolsa hermética. Cuando los descongeléis, tostadlos, ¡estarán deliciosos!

Aquí os dejo una sugerencia para cenar: tostado, con crema de queso, salmón ahumado, brotes tiernos y un poco de mostaza. ¡Una delicia!



 

2 comentarios:

  1. Tienen una pinta brutal y seguro que estaban para ponerles un piso ,que ganas de dar cuenta de uno uummmmmmmmm.
    Bicos mil y feliz verano wapa.

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