Galettes bretonas

¡Sorpresa! ¡La receta de hoy es salada, sí, salada! Porque no sólo de dulces vivimos...
Cuando mis primos volvieron de su viaje por la Bretaña francesa y me trajeron varios regalos gastronómicos, entre ellos un cestito de especias y sal del Marais bretón, con recetas de la zona, esta enseguida me llamó la atención. Además, estos días estoy preparando nuestro viaje a París del mes que viene, y en las guías ya había leído acerca de las crepes saladas que hacen por allí. Total, que estaba deseando probarlas...

Cuando las crepes son saladas, en Francia se les llama galettes. Estas son una especialidad de la Bretaña francesa, donde las preparan utilizando harina de trigo sarraceno o alforfón. Aunque se le llame "trigo", el alforfón no lo es, de hecho ni siquiera es un cereal, así que es apto para celíacos, ya que no contiene gluten. Como yo no encontré por aquí esta harina, la preparé moliendo trigo sarraceno (lo compré en el Corte Inglés) con la thermomix.
El relleno más habitual de las galettes es a base de jamón y queso enmental, y a veces se complementa con huevo. Estaban muy ricas, pero la próxima vez les añadiré un poco de salsa de tomate para que estén más jugosas.

Para las galettes bretonas: (salen 6)

250 g de trigo sarraceno
350 cc de agua
2 cucharaditas de sal (utilicé la sal del Marais bretón que me regalaron)
1 pizca de pimienta negra
1 huevo pequeño
1 cucharadita de miel (opcional)
Jamón y queso para el relleno (opcional: huevo frito, salsa de tomate)

Batimos todos los ingredientes. (Yo lo hice en la thermomix: primero trituré el alforfón 20 segundos a vel. 5-7-9 para hacerlo harina. Luego, añadí el resto de los ingredientes y mezclé 20 segundos a vel.4.)
Engrasamos una sartén con una cucharadita de mantequilla. Cuando esté bien caliente, vertemos una cucharada de la masa y la extendemos, moviendo la sartén, para que nos quede una capa fina. La doramos a fuego medio y le damos la vuelta.Ponemos encima jamón y queso (en una añadí un huevo frito) y doblamos las esquinas de la galette sobre el relleno, dándole forma cuadrada. La cocinamos un minuto más, y sacamos al plato.
Servimos calientes, están más ricas. Y si las acompañamos de un burdeos, ya ni os cuento...