La semana pasada no publiqué receta y fue por falta de tiempo. Tengo varias esperando, pero este mes tengo el examen de la oposición y no puedo entretenerme con el blog tanto como me gustaría...
De todas maneras, no quería dejar pasar más tiempo sin poner la receta de este cake, que hice el martes, y del que ya no quedan ni las migas... ¡¡Tiene un punto ácido y jugoso irresistible!! Tenía intención de llevarlo al trabajo el miércoles, pero no nos pudimos resistir a probar un trocito... Y ya se quedó en casa con nosotros!
Con esta receta colaboro en el Reto Bizcochos con Thermomix de
Velocidad Cuchara, , así que os pongo la preparación adaptada a la Thermomix. (Si no tenéis, pues utilizáis vuestra batidora, robot, o la fuerza de vuestro brazo para batir la masa, que los pasos son los mismos!)
Para el cake de limón:
125 g de mantequilla blanda
240 g de azúcar
Ralladura de un limón
2 cucharadas de semillas de amapola
150 ml de buttermilk (lo hacemos añadiendo una cucharada de zumo de limón a esa cantidad de leche, y esperamos unos minutos a que se "corte")
260 g de harina con levadura
3 huevos (separamos yemas y claras)
Precalentamos el horno a 180º.
Ponemos la mariposa y montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal, 4 minutos a velocidad 4. Sacamos a un bol y reservamos.
Aclaramos con agua el vaso, lo secamos un poco y trituramos el azúcar con la peladura de limón a velocidad progresiva 5-7-9 durante 30 segundos. ¡Veréis cómo el azúcar coge todo el aroma del limón!
Ponemos de nuevo la mariposa, añadimos la mantequilla y programamos 3 minutos a velocidad 3.
Rebañamos las paredes del vaso con la espátula, añadimos las yemas y batimos 1 minuto a vel. 3.
Añadimos el buttermilk y las semillas de amapola y mezclamos 30 segundos a vel. 3.
Sacamos la mariposa, añadimos la harina con levadura y batimos 5 segundos a velocidad 5.
Vertemos la masa en un molde engrasado y horneamos 40 minutos. (Esperamos 15 minutos antes de desmoldarlo, para que no se nos rompa)
Para el glaseado de limón:
Zumo de un limón
150 g de azúcar glas
Batimos todo hasta tener una mezcla homogénea.
Cuando el bizcocho esté frío, lo ponemos en una fuente y vertemos por encima el glaseado.
No me pude resistir a probarlo esa misma noche acompañado de un té earl grey... ¡Con limón, claro! (Y al día siguiente, con café. Y a la merienda, con leche. Y ya no me queda, y estoy barajando la posibilidad de no estudiar más hoy, bajar a comprar limones y repetirlo...)
