Cheesecake de limón

Esta es la tarta que nos zampamos el fin de semana para celebrar el cumpleaños de Tino. Como escogía él, me pidió una tarta de queso, y aproveché que me había sobrado lemon curd para darle un toque cítrico, muy rico y refrescante para los calores del verano.

Esta receta lleva horno, pero si sois valientes y os atrevéis a encenderlo a pesar del calor, no os vais a arrepentir. ¡En casa nos gustó mucho a todos! No tengo buenas fotos, porque fue sacar la tarta de la nevera, hacer foto con la luz que había y meternos en el coche para ir a Asturias a ver a la familia, pero os aseguro que merece la pena hacerla.

Para la cheesecake de limón:

Base de galleta:
  220 g de galletas, usé las digestive (versión sin gluten: utiliza galletas sin gluten)
  70 g de mantequilla (sirve margarina light)

Trituramos las digestive. (En Thermomix, 10 segundos a velocidad 5-7-9) Añadimos la mantequilla fundida y mezclamos (Thermomix: 5 segundos a vel.5)
Cubrimos con esta masa el fondo de un molde desmontable. Yo pongo un círculo de papel de horno en la base, para desmoldar mejor. Engrasamos los laterales del molde, o los forramos con una tira de papel de hornear. Reservamos en nevera mientras hacemos la crema.

Para el relleno:
  450 g de requesón (el mío era desnatado)
  300 g de queso de untar, tipo philadelphia. (sirve light)
  300 g de lemon curd (y algo más para cubrir)
  3 huevos
  1 cucharada colmaza de maicena
  180 g de azúcar (o edulcorante al gusto)

Precalentamos el horno a 170º. Batimos el requesón con el queso de untar y el azúcar a baja velocidad, para que no coja aire. (Si lo hacemos en thermomix, 1 minutoa velocidad 3)  A la misma velocidad, añadimos los huevos uno a uno, el lemon curd y por último la maicena.

Volcamos en el molde sobre la base de galletas y horneamos una hora. (Yo a los 45 minutos bajo la temperatura a 150º y la tapo con papel de aluminio, para que no se dore.) Dejamos reposar dentro del horno apagado unos 20 minutos más.

Cuando enfríe un poco, cubrimos con más lemon curd y refrigeramos unas horas, o toda la noche, antes de servir.