Galletitas de parmesano para el gintonic

Se acerca el fin de semana y con él la hora del gintonic... Y qué mejor para acompañarlo que unas galletitas saladas, y mejor si son con queso, en este caso un parmesano.
El parmesano es un queso italiano realizado con leche de vaca y cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, en la provincia de Reggio Emilia, Parma. En Italia no sólo se utiliza para sazonar pasta, allí es muy común tomarlo de postre con unas frutas, o como aperitivo, y para esto último vamos a preparar las galletas.

Galletitas de parmesano:

100 g de parmesano rallado (yo lo pulverizo en thermomix unos segundos a velocidad 7)
200 g de harina
125 g de mantequilla fría, cortada en cubitos
1/2 huevo batido (el otro medio lo usaremos para "pintar" las galletas)
1 cucharadita de sal
1 cucharada de leche o agua
Tomillo, pimienta negra y pimienta rosa al gusto

Ponemos la harina con la sal, las especias y el queso en la mesa en  forma de volcán, añadimos la mantequilla y vamos mezclando todo con la punta de los dedos. Nos quedan unas migas arenosas. Entonces le agregamos el medio huevo y la cucharada de agua o leche y amasamos.
(Preparación con thermomix: ponemos todo junto y programamos 20 segundos a velocidad 6)

Extendemos con el rodillo y cortamos las galletitas . Las pintamos con huevo batido y espolvoreamos un poquito de parmesano o tomillo. Las ponemos en la bandeja del horno, y metemos ésta en la nevera mientras precalentamos el horno a 180º. Cuando caliente, las horneamos 10 o 12 minutos, dependiendo del tamaño.

Mientras enfrían, preparamos nuestro gintonic y repasamos brevemente su historia:

Le debemos mucho al joyero alemán Johann Sweppe, que a finales del siglo XVIII logró introducir burbujas de CO2 en el agua embotellada. El invento gustó, y creó una compañía en Londres, que un siglo más tarde incluyó la quinina en la receta de la soda, dando lugar a la famosa tónica.
Cuentan que fueron los soldados ingleses desplazados en La India quienes empezaron a añadirle ginebra para mejorar su sabor, supuestamente para unir las "propiedades medicinales" de una y otra, ya que la quinina se usaba contra la malaria, y la ginebra como digestivo. No eran tontos, no..... :)

Así fue como nació el gintonic, bebida de moda en la actualidad y que se presta a múltiples combinaciones, sobre todo con los botánicos propios de cada ginebra, siendo uno de los más utilizados la peladura de limón. Aunque no se recomienda añadirle zumos cítricos, que nos romperían la burbuja de la tónica, esto es costumbre en muchos países, donde a menudo lo decoran con una rodaja en el borde de la copa.

A estas alturas del post, las galletitas ya estarán frías y los hielos del gintonic deshaciéndose, así que, sin más esperas, enjoy!!!